sábado, 20 de septiembre de 2014

Ella es una maga y el velo su varita: a mi maestra de la danza del velo

Bailarina Lucía Muñoz
Para danzar tienes que estar presente. La maga nos invita a no rellenar espacio ni tiempo. Lo que eres en ese momento es lo que danzas. Con lo que tienes te compartes. El velo a pesar de su ligereza y pomposidad puede resultar impertinente a veces, cuando se pega al cuerpo o te hace tropezar. Y entonces se convierte en un espejo. Él se deja tirar, recoger, alborotar, oler y abrazar. Se deja habitar, sentir. No te habla, sólo está ahí y te devuelve lo que llevas dentro.

También es maravilloso, su oleaje puede transportarte a lugares celestiales, su sonido, su olor, su tacto...

Puedes cubrirte con el velo, dibujar un lago con él y meter los pies dentro. Simular que es una bola gigante o una corriente de agua. Entonces tú también te conviertes en agua y te sientes fluir.

Invitas a alguien a entrar contigo al velo y ahí, siendo dos, recibes el regalo de tu compañera.

Ella te muestra su historia que habla de encuentros y despedidas. De reconocimiento, de algo que pesa y desea dejar atrás. Quiero dedicarle toda mi atención, aunque por momentos me apetece mirar la historia de al lado, me atrapa su sensibilidad, su fuerza. Su delicadeza.

Ella es una maga que genera espacios de amor donde poder contactar con nuestra propia belleza y la belleza de las demás. Es un regalo exquisito el que nos hace. 

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Muchísimas gracias por compartir con Las Mujeres sin Rostro. A Natalia Navarro y a su maestra, nuestra amiga Lucía Muñoz
 

2 comentarios:

  1. guaaaaaaaaaaau es verdad...

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  2. Gracias a ti Pola Maulén por dar cobijo a la expresión del corazón.
    Un abrazo
    Natalia
    www.laquecuidadelavida.blogspot.com.es

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