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 ¿Me conoces?
Imagen:www.imagexia.com/img-9/Dios-Kali.jpg
Kali es una de las diosas principales del hinduismo. Kali aparece por primera vez en el norte de la India en el texto Rig-veda a mediados del II milenio a.c, no como diosa, sino como una de las siete lenguas de Agní, el dios hinduista del fuego. Sin embargo, en ese texto se menciona a una diosa Ratri , la ‘noche’, que se considera un prototipo de la personalidad oscura y destructiva de Kali. Para algunos, sin embargo, Kali es la Madre universal. Para otros, representa el aspecto destructor de la divinidad. Es destructora de la maldad y de los demonios. Es la shakti o ‘energía’ del dios masculino Shivá, y es considerada una de sus esposas. La religión hinduista que adora a la diosa Kali se llama shaktismo. Es la santa patrona de la ciudad de Calcuta .Su templo principal es el Kalighat, lugar en donde aún se realizan sacrificios de animales en su honor. Su vehículo es un tigre. Kali a menudo llega a ser salvaje e irrefrenable, y sólo Shivá es capaz de domesticarla. Sin embargo, la iconografía a menudo representa a Kali bailando sobre el cuerpo caído de Shivá. 
Fuente: http://mujericolas.blogspot.com.es /  Pincha la imagen para acceder a la página y artículo.

Video: Nina Hagen Bhajans - 'Jai Mata Kali, Jai Mata Durge' Album 'Om Namah Shivay' 2000


Letra:
Kali Durge, namo namah
Kali Durge, namo namah
Jai! Mata Kali
Jai! Mata Durge


Traducción inglés:
Kali Durgа, obediance to the honourable
Kali Durgа, obediance to the honourable
Pray to Mother Kali,
Pray to Mother Durgа
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Impresionantes obras digitales creadas por Hal Lasko, un abuelo de 98 años. ¡Están hechas por pixel y en Paint!

Fuente: www.camionetica.com

  

"Cuando comencé a perder la visión, perdí también la habilidad para colocar el pincel donde quería, así que cuando me metí en el programa de arte en la computadora me encantó que ahora podía aumentar la imagen hasta en un 800% y estar totalmente seguro de que estaba pintando en el punto correcto".

 

A sus 98 años de edad, este abuelo ha dedicado los últimos 13 a crear algunas obras digitales sorprendentes, llenas de una calidad en sus detalles, en los que resaltan la vivacidad y nitidez de sus formas y colores: todas y cada una de estas piezas han sido creadas, píxel a píxel, punto por punto, utilizando únicamente Microsoft Paint. Esto es Pixel Art en su máxima expresión.



Para leer la historia completa visita el siguiente link  

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 La historia de mi vida ligada a los kilos

De la página de nuestras amigas de Cuerpos Empoderados


"Otro de los hechos de mi vida como curiosos es la sorpresa de muchas mujeres y ya más que sorpresa la rabia que algunas mujeres sienten por el hecho de que una gorda atraiga..."


Nacemos en una sociedad , donde estar gordo es sinonimo de estar enfermo , donde las gordas parece que no tenemos derecho a ser bellas, y donde las gordas tampoco parece que podamos gustar, porque entre las propias mujeres, nos sorprende que una gorda sea atractiva y donde la palabra gordo-a es un insulto.

En mi vida se han dado circunstancias y anécdotas tanto buenas como malas por el hecho de estar pasada de peso, estar pasada de un peso que no es el que la sociedad considera. Y cuando una es mas pequeña o inmadura puede con llevar a un problema de aceptación hacia una misma, pero con el paso del tiempo me di cuenta que una de las cosas más importantes en la vida es quererse a una misma , seas como seas y estes donde estés.

Quiero resaltar puntos curiosos sociales que me llaman la atención de hasta que punto las personas nos vemos inmersas en una vorágine de rechazo a la gordura, situaciones vividas por mi y en mi entorno. Una de ellas es referente a la salud , la cual antes de explicarla quiero aclarar.

Hay estados patológicos en el humano indistintamente de si uno esta gordo o delgado. Como terapeuta conozco a gordos sanos y delgados enfermos y viceversa. He aquí que aclaro , ni todos los gordos están sanos ni todos los delgados tampoco , pero lo que sí quiero constatar es que a mi modo de ver el estar gordo no es sinónimo de enfermedad. Los pesos se rigen por tablas que no se adaptan ni a la persona ni a la realidad y he aquí uno de los problemas , cuando el medico al cual se le delega tantísimo poder te dice el 98% de las veces que tienes que perder peso.


 Otro de los hechos de mi vida como curiosos es la sorpresa de muchas mujeres y ya más que sorpresa la rabia que algunas mujeres sienten por el hecho de que una gorda atraiga. Para mi no ha sido un problema gustar a personas por el hecho de estar gorda e incluso muchas veces me cuestionaba el porque gustaba si no cumplía ciertos cánones , está tan inculcado que se nos hace dudar de nosotras mismas.

 Con esto solo quiero animar a algo muy importante , y es a aceptarse tal y como uno es , y sobre todo a saber mirar en nuestro interior, cuidarnos, querernos, esa es la base para que todo fluya independientemente de cómo seamos físicamente. Todos los seres somos bellos, también como vegana y animalista es algo que podemos aprender muy bien de los animales. Y también quiero animar a todas las madres y padres a que no contaminen a sus hijos con ideas sociales instauradas de tener un cuerpo concreto, o martirizar a los niños con ideas que no les hacen libres.



 La libertad comienza por una misma, la libertad comienza en una educación de amor y aceptación, por ello seamos conscientes de lo que pensamos, sembramos y en consecuencia esto nos hará tener una vida más feliz, tranquila y en la que todo fluya en armonía. -Cuando simplemente eres, te alineas con tu ser, y a través de esa alineación, puedes tener y ser cualquier cosa que desees. Y no tienes que hacer nada más que ser. Montse

 Si quieren conocer más historias visiten el siguiente link http://cuerposempoderados.wix.com/gordas#!historias-de-vida/cl0b   
 ¡Muchas gracias a las chicas de Cuerpos Empoderados!


TAREAS PARA SANAR LA NATURALEZA FEMENINA - SANAR MADRE/HIJA (Fuente: www.instantesdelpresente.com)

 

Collage: Pola Maulén

Si tu madre nunca te ha consolado, con toda probabilidad te será difícil encontrar un verdadero consuelo para el corazón en las relaciones que establezcas con otras personas.

TU LABOR será crear ese sentido de consuelo para el corazón dentro de ti misma.

Si tu madre nunca se ha compadecido de ti, con toda probabilidad tendrás poca paciencia con tus propios fallos humanos, así como con los de los demás.

TU LABOR será observar a alguien que practique la compasión, y practicarla tú misma.

Si tu madre silenciaba tu creatividad.

TU LABOR será dar voz a cada impulso creativo que se presente. Pinta, escribe poesía, toca el tambor, cuida las plantas, cocina y baila.

Si tu madre despreciaba o rechazaba su propio cuerpo como mujer.

TU LABOR es abrazar y honrar a tu cuerpo y a tu sexualidad.

Si te sentías abandonada por tu madre por la razón que fuera, incluyendo la depresión o el alcoholismo.

TU LABOR será escuchar a tus sentimientos y nunca abandonarte tú misma.

Collage: Pola Maulén



Si tienes alguna cuestión sin resolver con tu madre y ésta ha muerto o ha quedado emocionalmente incapacitada, puedes escribirle una carta (que guardarás tú o te enviarás a ti misma) en la que expreses tu pena y tu enfado por no tener una madre NUTRICIA, y dile que HAS llegado a ACEPTARLA y COMPRENDERLA como tal y como era. Entonces podrás sentirte agradecida por su presencia en tu vida.

Todos nosotros llevamos encima el peso de nuestra madre por lo que es necesario sanar la ruptura madre/hija tanto si tu madre está viva como si no, para así poder sanar la profunda herida de tu naturaleza femenina. El elemento clave reside en que TU mismo te conviertas en una BUENA MADRE. Con esa idea en la mente, asume la tarea de SER MATERNAL CONTIGO MISMO.

Cuando dejes buscar la sanación en una fuente externa a ti, podrás:

• Empezar a cultivar tu propia y única sensibilidad femenina, dejando un lugar para escuchar tus sentimientos y responderles.

• Escuchar a tu cuerpo y respetar sus límites.

• Escuchar a tu intuición y no dejarla atrás

• Escuchar la voz de tu creatividad y respetar cada uno de los aspectos de ti mism@ que quieran expresarse en cada momento.

• Velar por tu salud y tomar las decisiones que te enriquezcan.

Al mismo tiempo que vas desarrollando una forma de dar respuesta a tu propia vida interior, puedes dar los pasos necesarios en el mundo exterior haciendo lo siguiente:

• Pon tus sueños en marcha. Por ejemplo, si sueñas que te conviertes en una gran escritor@, ve a un curso de redacción, haz un hueco en tu horario semanal o diario para escribir, y ¡escribe! Si quieres cambiar de carrera, busca alternativas en la biblioteca o invierte en ti mism@ acudiendo a un centro especializado.

• Pon manos a la obra: cuida las plantas, date un masaje, haz pan, observa los ciclos de la naturaleza y sé consciente de tus bioritmos y su relación con los ciclos estacionales.

• Cultiva y apoya a tus amistades femeninas.

• Únete a un grupo de mujeres; la sanación se produce en la matriz femenina.

• Visita la biblioteca o la librería y saca libros en los que investigar sobre lo femenino sagrado.

• Participa en el enriquecimiento de tu comunidad.



Maureen Murdock - Circulos de Poder de la Diosa


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Compartimos un artículo de nuestros amigos de Plano sin Fin

POESOFÍA: ALCANZAR  
(Poesofema 31)
Alejandro Jodorowsky

Ilustración: Pola Maulen
Para alcanzar tu ser real, cesa de crecer donde no eres.
Que la abrumadora pezuña de las definiciones no aplaste el torrente ilimitado de tu ser / Incinerarás tu nombre, lanzando sus cenizas hacia más allá de las estrellas /Aceptarás invisible que los espejos voraces engullan tu imagen / Enclaustrarás los años en el templo de las quimeras, declarando que tu edad es la misma del universo / No te definirás por el color de tu piel, ni por los ancestros de tus células ni por aquello que anida entre tus piernas / Eliminando rencores, juicios lívidos y pedidos sin fin, tu corazón se convertirá en una catedral donde sin cesar bendecirá un niño de oro / Ni anzuelos ni flechas ni llamaradas de semen ni parpadear de ovarios impedirán que la energía pristina del deseo te conduzca hacia el dios que te habita / Libre de fronteras, sólo reconocerás como patria a tus zapatos.

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Compartimos un artículo de nuestras amigas de CUERPOS EMPODERADOS:

  Cuando haces Pop, ya no hay stop.

"Tu talento se mide en kilos"

Meryl Streep denunció en su día que suerte tenía la actriz que cumpliera 50 años y siguiera trabajando en esa fábrica de artificios sin escrúpulos que es Hollywood.

El intrincado universo de la “cultura” visual, o Pop por generalizar, es una máquina hacedora de dinero que varea sin tapujos a una sociedad borreguil sin autoestima alguna. El fin de la empresa del Pop es embolsar dinero, caiga quien caiga; el cómo da igual. Su máxima es el dinero.


¿Cómo amasa dinero? Proponiendo cánones y ejemplos a seguir a mentes maleables. Donde antes se promocionaba el talento ahora se promociona la carne; esto es: eres así, y eso es lo que vales.
Donde más se machaca este mantra es en el público femenino. Cierto es, y bienvenido sea, que con la liberación corporal de la mujer se enseña sin tapujos. Pero ¿todo vale?

A servidor le parece perfecto que la cantante de turno salga en su video clip lamiendo martillos pilones desnuda. Para eso es dueña y señora de su cuerpo. O no.


La sexualidad vende, pero acota el mercado; si eres delgada, o rozas la anorexia, eres bienvenida al todopoderoso mundo del Pop. Y como nueva portavoz mundial del canon impuesto por cuatro carcas, debes expandir la voz: dejad de comer, machacaros en el gimnasio, perded toda voluntad. Le tenéis que gustar al resto. Tú no importas, recuerda que vives en la sociedad de la apariencia. Tu talento se mide en kilos.

Para seguir leyendo picha aquí.

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A continuación compartimos una intersante reflexión publicada por la Faktoría Lila:

 Lo pregunto de verdad. A las que no váis a las manis, a las que decís que no sentís la desigualdad, a las que consideráis que no hace falta el feminismo... ¿estáis bien? Porque yo no. 

EN SERIO, ¿ESTÁIS BIEN?

Fuente:www.faktorialila.com

 


Me da miedo ser un día una de esas europeas de cada tres que va a ser violada o agredida a lo largo de su vida. Me da miedo haberlo sido ya y no haberme dado cuenta. Me da miedo no dejar nunca de tener miedo.

Me asusta no saber qué hacer con la maternidad. Decidirme por ella porque me lo imponen, renunciar a ella porque creo que me la imponen. Hacerlo bien y reproducirme reproduciendo lo que me han enseñado a ser, hacerlo mal porque no sé ni ser lo que me han enseñado a ser.

Me preocupa no saber querer. Me preocupa necesitar que me quieran. Me preocupa olvidarme de todo lo que digo cuando alguien me diga que me quiere, o con tal de que me digan que me quieren.

Me da miedo obedecer. Me da miedo desobedecer.

Me asusta no llegar nunca a ser la mujer que quiero ser. Me asusta más llegar a ser la mujer que quieren que sea.

Y veo a mujeres que dicen que no sienten la desigualdad y me gustaría ser como ellas. Y busco a hombres que les gusten las mujeres como yo, y no los encuentro. E intento ser una mujer como las que les gustan y no me gusto. Y me paso la vida en ese intento de querer gustar o gustarme y me veo obedeciendo y desobedeciéndome y me gusto cada vez menos.

En serio, ¿estáis bien? Os lo pregunto a las que váis a las manis, a las que decís que sentís la desigualdad, a las que consideráis que hace falta el feminismo. 

¿Qué hacéis con el miedo, con la rabia, con la tristeza, con el cansancio de pelear cada día con un mundo que no está hecho para mujeres como nosotras?

Yo quiero estar bien. Pero para eso necesito un mundo que me deje ser libre. Y que no me obligue a ser valiente u obediente.

Y para eso, os necesito a todas. A las que no estáis bien y a las que creéis que sí. Que llenemos la calle de gritos y de risas, de desobediencias pequeñas que, juntas, se hagan grandes. Necesito que reconozcamos que no estamos bien. Necesito que entendamos -y hagamos entender- que, por encima de todo, tenemos un derecho: el derecho a estar bien.

Venga, vamos a la calle. A gritar, a reírnos, a desobeceder.

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El caso de una verdadera mujer sin rostro.

La historia de la historia detrás de Vivian Maier

Fuente:  Cultura El Pais.com

 

La novela de la vida de Vivian Maier está llena de páginas en blanco. Vivian Maier se llevó su secreto a la tumba, pero dejó más pistas que nadie sobre su identidad escondida. Dejó más de cien mil negativos fotográficos tomados a lo largo de más de cuarenta años y no revelados nunca. Dejó películas en super 8, cintas magnetofónicas de conversaciones con desconocidos, docenas de sombreros, pares de zapatos, vestidos, abrigos, prendas de ropa que solo descartaba cuando estaban muy gastadas pero que no tiraba nunca; dejó facturas, recibos, billetes de tren, entradas de cine, tubos de rollo de película que contenían dientes de leche de los niños a los que había cuidado o monedas o botones o chapas con consignas políticas; dejó cartas guardadas con cuidado en sus sobres de origen después de leídas, y cartas no abiertas nunca; dejó varias cámaras Rolleiflex que había usado para tomar sus fotografías; dejó sobre todo cajas de cartón y maletas llenas de recortes de periódicos y de periódicos enteros, sobre todo ejemplares que tuvieran en la primera página titulares de crímenes, o que contuvieran noticias de violaciones, de raptos, de asesinatos estrambóticos, de desgracias horrendas. Dejó recuerdos variados y contradictorios en las familias para las que había trabajado como cuidadora de niños durante unos cuarenta años, en Nueva York y sobre todo en Chicago. Se conformaba con salarios muy bajos, pero en cada casa en la que servía reclamaba el derecho a poner un candado en la puerta de su habitación. Parecía no tener familia y carecer por completo de otra vida que no fuera la que dedicaba a su trabajo. Siempre salía llevando al cuello su cámara de fotos, que era un rasgo de su presencia personal tan invariable como sus grandes abrigos o gabardinas, sus sombreros de alas caídas, sus camisas masculinas, sus faldas como de monja de paisano, sus zapatos negros y austeros de tacón bajo. Todos los dueños de las casas en las que vivió y todos los niños a los que cuidó la vieron siempre con la cámara, pero nadie mostró jamás la menor curiosidad por saber lo que hacía con ella. Tampoco ella hizo, que se sepa, el menor esfuerzo por mostrar el resultado de una tarea en la que ponía los cinco sentidos, que llenaba sus horas de caminatas solitarias por la ciudad en sus días o tardes libres y de la que seguía ocupándose incluso cuando sacaba a pasear a los niños a su cargo. El secreto de Vivian Maier es doble, porque no se sabe qué la impulsaba a tomar fotos sin cesar ni cuál fue su formación, pero tampoco se sabe por qué eligió mantener secreta una afición que le importaba tanto y para la que tenía tanto talento. En los cajones de papeles y de toda clase de materiales que acumuló Vivian Maier a lo largo de su vida no hay ni un solo testimonio, ni una carta, ni una reflexión, ni un solo indicio de sus ideas sobre la fotografía. Llegó a imprimir solo unos pocos negativos, probablemente por falta de dinero. Se jubiló ya mayor y dejó casi todo lo que había acumulado a lo largo de la vida en cuartos trasteros o garajes de sus antiguos patronos. En 2007, un historiador aficionado de 27 años, John Maloof, compró más bien por azar unas cajas de negativos que encontró en uno de esos mercadillos que son el recuelo y el último muladar de las vidas anónimas, los almacenes en los que va a parar lo que ya no es de nadie y lo que no quiere nadie, las bibliotecas y las colecciones de los muertos, sus fotos familiares y sus documentos de identidad y sus cartas de amor y los cuadritos que tenían sobre las repisas y los zapatos de charol cuarteados y endurecidos de niños que están muertos.

"Imprimió solo unos pocos negativos. Se jubiló y dejó casi todo lo acumulado en cuartos trasteros o garajes de sus patronos".
Maloof compró el archivo porque costaba menos de trescientos dólares y porque al mirar por encima los rollos de película entrevió en ellos imágenes callejeras y cotidianas de Chicago. Poco a poco fue cobrando conciencia del tesoro que había encontrado y de su extensión abrumadora. Parecía que aquella mujer de la que no sabía nada y de la que no encontraba rastros ni siquiera en Google no había parado nunca de caminar por ahí haciendo fotos y preservando todo lo que caía en sus manos. Cada nuevo negativo que revelaba era un deslumbramiento. Vivian Maier era el resumen de toda la gran fotografía americana del siglo XX y al mismo tiempo tenía una manera de mirar afiladamente suya, una sinuosa originalidad que escapaba de cualquier tentativa de clasificación. Juntaba el gusto por lo monstruoso cotidiano de Diane Arbus con la atención cordial a los juegos callejeros de los niños de Helen Levitt. Los borrachos tirados por las aceras, los locos ambulantes, las víctimas animales o humanas de la crueldad, forman una parte tan integral de su mundo como del de Weegee, pero en Vivian Maier hay compasión, o al menos una observación fascinada, y nunca sarcasmo. Estaba igual de atenta a lo extraordinario y a lo común. Miraba con el mismo asombro ecuánime al espanto y a la belleza.

Igual que quería guardar cada mínima huella material de su vida y cada periódico de cada día, parece que aspiraba a preservar cada imagen, cada cara, cada hecho con el que se cruzara en sus caminatas. Empujando carritos de bebé y llevando a niños de la mano se alejaba hacia los barrios más pobres, hacia los descampados industriales de los mataderos, y no le importaba abandonar una avenida luminosa para adentrarse en un callejón en el que podía tomar fotos de cubos de basura y de las chozas de cartones en las que se cobijaban los vagabundos. La cámara Rolleiflex le permitiría pasar más inadvertida, ya que la enfocaba a la altura de las caderas y no de los ojos, inclinándose para estudiar el visor. Vistas desde ese ángulo, de abajo arriba, las personas adquieren una presencia imponente, y el espectáculo de la calle se observa desde el lugar aproximado de la mirada de un niño.


 Grande, austeramente vestida, con cara de vigilancia y de ensimismamiento, con un andar enérgico de braceos y zancadas, según atestiguan quienes la conocieron, con su cámara colgada al hombro y disimulada a plena vista, Vivian Maier encontraba muchas veces la imagen de una desconocida que era ella misma. Se sorprendía a sí misma, con esa extrañeza de quien se ve sin aviso y de golpe, viendo en una fracción de segundo no la cara que imagina que tiene, sino la que ven y conocen los demás, en el escaparate de una cafetería, en el cristal de una cabina de teléfonos, en un espejo que llevaba al hombro un empleado de una tienda, en el de un cuarto de baño. Hacía fotos de sí misma mirando al objetivo o eludiendo su disparo; retrataba su imagen en un escaparate y al mismo tiempo su propia sombra alargada. Cada autorretrato de Vivian Maier ahonda su secreto en lugar de disiparlo. Mira desde tan lejos en esas fotografías como un fantasma de ella misma que se pasea de incógnito entre los vivos, con la cámara al cuello.

 

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