Mujeres
decentes o putas, pero
no artistas
¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas? Décadas más
tarde la pregunta sigue vigente y sin respuesta por parte de quienes
se encargan de evaluar y justificar la presencia de artistas en la
Historia: esto es, las instituciones museísticas y todos los agentes
participantes –historiadores, críticos, gestores culturales,
comisarios…
¿Tienen que estar
desnudas las mujeres para entrar en el Museo Metropolitano? Menos del
5% de los artistas expuestos en las secciones de Arte Moderno son
mujeres, pero el 85% de los desnudos son femeninos.
Cuando pienso en las
mujeres sin rostro, centro mi atención en todas las mujeres
que han sido silenciadas en la Historia del Arte, aquella que se
escribe con mayúsculas desde una única mirada, occidental,
masculina, avalada por los conceptos de genio, obra de arte, artista.
La historiadora del arte Linda Nochlin se preguntaba en 1971
¿por qué no ha habido grandes mujeres artistas? Décadas más
tarde la pregunta sigue vigente y sin respuesta por parte de quienes
se encargan de evaluar y justificar la presencia de artistas en la
Historia: esto es, las instituciones museísticas y todos los agentes
participantes –historiadores, críticos, gestores culturales,
comisarios… Las mujeres artistas siguen escondidas en los almacenes
de los museos. Así, difícilmente, pueden ser investigadas y
reconocidas como parte fundamental de la historia. Necesitamos
normalizar su existencia y valorar el esfuerzo que llevaron a cabo y
no relegarlas a un papel secundario, local, doméstico, casi siempre
a la sombra de algún hombre –padre, hermano, marido. Es indudable
que las mujeres a lo largo de la historia no tuvieron las mismas
oportunidades que sus coetáneos varones, no disfrutaron de estancias
en las principales sedes artísticas, ni recibieron grandes encargos
de la corte, pero existieron.
El papel que ocupa
actualmente la mujer en las colecciones de los principales museos
está centrado en el análisis de su papel dentro de la sociedad, en
su contexto histórico, casi siempre relacionándose con el poder o
con la actividad laboral, doméstica. El Museo del Prado en este
sentido nos ofrece varios itinerarios didácticos desde una
perspectiva de género: Las mujeres y el poder en el Museo del
Prado y Los trabajos de las mujeres. El Museo Reina
Sofía nos invita a recorrer una parte de la colección desde el
Feminismo. Una mirada feminista sobre las vanguardias
mediante el análisis de la mujer como objeto y sujeto artístico,
mujeres modernas que también eran artistas. Aunque las vanguardias
fueron la época de mayor proliferación de mujeres creadoras
–resulta clave en este sentido la década de los años 30- en el
grueso de la colección expuesta en el Museo Reina Sofía predominan
los nombres masculinos.
Estos recorridos
ofrecen una lectura bastante interesante, pero no contestan en
absoluto la pregunta de Linda Nochlin. La mujer en las colecciones de
los museos se presentan bajo el mismo rol iconográfico al que ha
sido relegada a lo largo de la historia del arte: mujeres devotas
–mujeres dulces, vírgenes, santas, madonas que cuidan de sus
niños- o majas desnudas –sensuales, descaradas y deseadas; mujeres
fatales. Mujeres decentes o putas, pero no artistas.
Ana Mendieta, sin título. De la serie Fetiches. |
En 1985 las Guerrilla
Girls, un colectivo de mujeres vinculadas a la creación
artística, lanzaban al mundo otra pregunta: ¿Tienen que estar
desnudas las mujeres para entrar en el Museo Metropolitano? Menos del
5% de los artistas expuestos en las secciones de Arte Moderno son
mujeres, pero el 85% de los desnudos son femeninos. Desde
entonces no han parado de formular la misma pregunta, reinterpretando
las estadísticas y trasladándolas a otros museos. Las Guerrilla
Girls son mujeres sin rostro, o más bien con rostro de gorila
–porque gorilla y guerrilla tienen una pronunciación
parecida en inglés-, que utilizando la ironía y los actos de
guerrilla evidencia la invisibilidad de determinados colectivos en
las instituciones y en los circuitos artísticos, principalmente en
Nueva York, pero también en otros lugares. Excluyendo a artistas por
cuestiones que tienen que ver con el sexo, la raza o la etnia nos
recuerdan que estamos viendo un mínima parte del panorama artístico.
Y destacan la importancia de no focalizar en una fecha el
reconocimiento –y a veces el conocimiento- de estos colectivos.
Las mujeres artistas, que
son mayoría en las escuelas y facultades de arte, siguen siendo una
minoría en las colecciones de arte contemporáneo, en las
exposiciones retrospectivas, en las galerías, y estos índices poco
equitativos no representan la realidad social. Por ello las Guerrilla
han adoptado la identidad de mujeres artistas, creadoras, escritoras,
inventoras, mujeres que han hecho mucho por la historia y a las que
todavía nos queda por reconocer. Ellas hablan en nombre de mujeres
ilustres en la historia como Diane Arbus, Paula Modersohn-Becker,
Vanessa Bell, Romaine Brooks, Emily Carr, Rosalba Carriera, Meta
Fuller, Eva Hesse, Hannah Höch, Zora Neale Hurston, Frida Khalo,
Käthe Kollwitz, Lee Krasner, Violette Leduc, Ana Mendieta, Tina
Modotti, Alice Neel, Anaïs Nin, Liubov Popova, Georgia O’Keeffe,
Gertrude Stein, Alma Thomas como si estas estuvieran hablando
desde sus tumbas.
Ana Mendieta, Tree of Life/Silhouettes series 1973-1980 |
En las últimas dos
décadas las Guerrilla Girls han empapelado Nueva York denunciando el
sexismo imperante en las instituciones artísticas y han filtrado su
discurso feminista en los museos de arte contemporáneo más
importantes. En la actualidad siguen denunciando la hipocresía de
un sistema que educa a las mujeres en un sistema cultural y que luego
le niega oportunidades. No son el único movimiento feminista que
entra en los museos para contar el número de mujeres artistas, pues
con sus irónicas acciones se han convertido en un referente para
otros colectivos. Las Guerrilla Girls aparecen como la conciencia que
la sociedad y el mundo del arte necesita para recordarnos que todavía
se ejercen prácticas de desigualdad evidentes en el mundo del arte,
en la industria del cine o en la escena política.
Guerrilla Girls, “The Anatomically
Correct Oscar”, 2002.
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Sobre Emma Trinidad.
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Emma es Historiadora del Arte con
especialidad en Museología (conservación y exposiciones temporales).
Es una apasionada del arte contemporáneo, sus artistas, sus colecciones y sus
museos.
Según sus propias palabras (y pienso que no lo pudo decir de mejor manera) "me interesa el arte contemporáneo no sólo
como medio de expresión del tiempo presente sino como concepto
histórico, aquel que me sitúa como espectadora de décadas pasadas. Me
hubiera gustado que me mostraran la Historia en un orden coherente:
empezando por el aquí y el ahora y avanzando hacia lugares y épocas
pasadas en un intento por llegar al origen. El problema de la Historia
es que casi siempre sabemos cómo acaba y su narración se
presenta confusa, repleta de interrogantes, de ahí la importancia de la
labor investigadora y comunicadora".
Si quieres conocer más sobre el trabajo de Emma puedes visitar su página: CONTEMPORANEIDADES
¡Un millón de gracias, Emma!
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